Credibilidad de los testigos en el proceso penal

Derecho ilegal sobre la credibilidad de la persona

Un testigo creíble es un testigo que parece competente y digno de crédito. Se asume que su testimonio es más que probablemente cierto debido a su experiencia, conocimientos, formación y sentido de la honestidad. El juez y el jurado utilizarán estos factores para determinar si creen que el testigo es creíble.

Un abogado puede mostrar a los jurados que un testigo no es creíble demostrando: 1) declaraciones incoherentes, 2) reputación de falta de veracidad, 3) defectos de percepción, 4) condenas anteriores que demuestren deshonestidad o falta de veracidad, y 5) parcialidad. Un abogado también puede aumentar la credibilidad de un testigo demostrando que siempre ha sido coherente en sus declaraciones.

¿Por qué es importante la credibilidad en la justicia penal?

La credibilidad es fundamental tanto para la acusación como para la defensa en un caso penal. Si se considera que el testimonio de los testigos no es creíble, esto podría desbaratar los esfuerzos de la fiscalía para asegurar un veredicto de culpabilidad o permitir a la defensa plantear la duda razonable necesaria para evitar una condena.

¿Cómo se socava la credibilidad de un testigo?

Los tres métodos más utilizados para menoscabar la credibilidad de los testigos son las declaraciones previas incoherentes, las pruebas de personalidad y la impugnación específica del caso.

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Jurisprudencia sobre la credibilidad de los testigos

La prueba de credibilidad comprende las pruebas admitidas con el fin de reforzar o debilitar el testimonio de un testigo o de un acusado. Las pruebas de credibilidad que se utilizan para impugnar a un testigo pueden presentarse en cualquier momento desde que el testigo sube al estrado. La regla es que un testigo siempre pone su credibilidad en tela de juicio cada vez que declara y, por lo tanto, puede ser atacada. Las pruebas que refuerzan la credibilidad de un testigo, sin embargo, no son admisibles hasta que la credibilidad de ese testigo haya sido impugnada.

En general, está prohibido presentar pruebas con el único propósito de reforzar o aumentar la credibilidad de un testigo, sugiriendo que es más probable que diga la verdad. Las pruebas que se presentan por otra razón y también tienen el efecto de reforzar la credibilidad pueden ser permitidas. El juez debe sopesar el valor probatorio de la prueba frente al efecto perjudicial[1].

Las pruebas que son admisibles para un propósito y tienen la tendencia a ser de ayuda al juramento serán generalmente admitidas sujetas a “medidas apropiadas para limitar la naturaleza de ayuda al juramento de la prueba”, tales como proporcionar una advertencia al jurado[3].

Credibilidad y fiabilidad de los testigos

A veces un testigo puede decir algo que no concuerda con otra cosa que haya dicho. A veces, distintos testigos dan versiones diferentes de lo sucedido. La gente suele olvidar cosas o cometer errores en lo que recuerda. Además, dos personas pueden ver el mismo suceso pero recordarlo de forma diferente. Puede tener en cuenta estas diferencias, pero no decida que el testimonio es falso sólo porque difiere de otros testimonios.

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Sin embargo, si decide que un testigo ha declarado deliberadamente en falso sobre algo importante, puede optar por no creer nada de lo que haya dicho. Por otro lado, si usted cree que el testigo ha declarado falsamente sobre algunas cosas, pero ha dicho la verdad sobre otras, puede aceptar la parte que considere cierta e ignorar el resto.

El peso de las pruebas sobre un hecho no depende necesariamente del número de testigos que declaran. Lo importante es la credibilidad de los testigos y el peso que usted considere que merecen sus testimonios.

Ley sobre la credibilidad de la prueba testifical

El juez o el jurado deben determinar en cada caso con respecto a cada testigo si éste es creíble en su testimonio. Esta determinación también se aplica a la víctima en un caso de acecho o acoso.

La credibilidad es fundamental tanto para la acusación como para la defensa en un caso penal. Si se considera que los testigos no son creíbles en su testimonio, esto podría descarrilar los esfuerzos de la fiscalía para asegurar un veredicto de culpabilidad o permitir a la defensa plantear la duda razonable necesaria para evitar una condena. La credibilidad de los testigos también puede afectar a las teorías de la defensa, como la coartada (el acusado estaba en otro lugar en el momento del delito) o la identificación errónea (el autor es alguien distinto del acusado).

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Las cuestiones de credibilidad también pueden influir en la evaluación del investigador sobre si las reacciones de la víctima ante el acoso fueron razonables. Dada la falta de una instrucción al jurado sobre lo que constituye una víctima “persona razonable” en un caso de acecho o acoso, un enfoque común de la fiscalía es vincular las cuestiones de credibilidad y “persona razonable”. Específicamente, el enfoque y argumento de la fiscalía podría ser que si el investigador determina que la víctima es creíble en su testimonio sobre el acecho o acoso y el impacto que tuvo, esa determinación también debería traducirse en que el investigador concluya que la víctima actuó como lo haría una “persona razonable”. Por el contrario, la defensa podría equiparar la falta de credibilidad de la víctima con la falta de razonabilidad.

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