Universalidad de los derechos
Contenidos
No son un invento reciente: las ideas sobre derechos y responsabilidades han sido una parte importante de todas las sociedades a lo largo de la historia. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, las naciones del mundo han aunado esfuerzos para decidir qué derechos pertenecen a todas las personas y cuál es la mejor manera de promoverlos y protegerlos.
Los derechos humanos son un conjunto de principios relacionados con la igualdad y la justicia. Reconocen nuestra libertad para tomar decisiones sobre nuestras vidas y desarrollar nuestro potencial como seres humanos. Se trata de vivir una vida libre de miedo, acoso o discriminación.
Los derechos humanos pueden definirse en términos generales como una serie de derechos básicos que las personas de todo el mundo han acordado que son esenciales. Entre ellos se encuentran el derecho a la vida, el derecho a un juicio justo, el derecho a no sufrir tortura ni otros tratos crueles e inhumanos, la libertad de expresión, la libertad religiosa y los derechos a la salud, la educación y un nivel de vida adecuado.
Estos derechos humanos son los mismos para todas las personas en todas partes: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, independientemente de nuestra procedencia, de dónde vivamos, de lo que pensemos o de lo que creamos. Esto es lo que hace que los derechos humanos sean “universales”.
Derechos humanos
Este contenido fue escrito originalmente para un programa de grado o máster. Se publica como parte de nuestra misión de mostrar los mejores trabajos escritos por estudiantes durante sus estudios. Este trabajo puede utilizarse como lectura de referencia e investigación, pero no debe citarse como fuente experta ni utilizarse en lugar de artículos/libros académicos.
En las últimas décadas ha surgido un debate muy controvertido sobre la universalidad de los derechos humanos. No cabe duda de que hoy en día los derechos no se aplican universalmente, ya que en muchas partes del mundo se cometen opresiones, torturas y atrocidades diversas. Este documento se centrará en la idea de que, tanto en el Tercer Mundo como en Occidente, los Estados han utilizado el debate sobre los derechos humanos como herramienta política, lo que ha debilitado los argumentos a favor de su universalidad. Esta perspectiva se utilizará para desglosar los argumentos esgrimidos en contra de los derechos humanos universales antes de presentar concepciones alternativas de los derechos humanos universales e identificar los avances que pueden garantizar su aplicación y respeto universales.
Ensayo sobre la universalidad de los derechos humanos
Los derechos humanos son universales e inalienables; indivisibles; interdependientes e interrelacionados. Son universales porque todas las personas nacen con los mismos derechos y los poseen, independientemente de dónde vivan, de su sexo o raza, o de su origen religioso, cultural o étnico. Inalienables porque los derechos de las personas nunca pueden ser arrebatados. Indivisibles e interdependientes porque todos los derechos -políticos, civiles, sociales, culturales y económicos- tienen la misma importancia y ninguno puede disfrutarse plenamente sin los demás. Se aplican a todos por igual, y todos tienen derecho a participar en las decisiones que afectan a sus vidas. Los defiende el Estado de Derecho y los refuerza la exigencia legítima a los titulares de obligaciones de rendir cuentas ante las normas internacionales.
Universalidad e inalienabilidad: Los derechos humanos son universales e inalienables. Todas las personas del mundo tienen derecho a ellos. La universalidad de los derechos humanos se recoge en las palabras del Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Universalidad relativa de los derechos humanos
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas que consagra los derechos y libertades de todos los seres humanos. Redactada por un comité de la ONU presidido por Eleanor Roosevelt, fue aceptada por la Asamblea General como Resolución 217 durante su tercera sesión, el 10 de diciembre de 1948, en el Palais de Chaillot de París, Francia.[1] De los 58 miembros de las Naciones Unidas en aquel momento, 48 votaron a favor, ninguno en contra, ocho se abstuvieron y dos no votaron.[2]
Durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados -conocidos formalmente como las Naciones Unidas- adoptaron como objetivos básicos de guerra las Cuatro Libertades: libertad de expresión, libertad de religión, libertad frente al miedo y libertad frente a la miseria[17][18]. [17] [18] Hacia el final de la guerra, se debatió, redactó y ratificó la Carta de las Naciones Unidas para reafirmar “la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana” y comprometer a todos los Estados miembros a promover “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades”. [19] Cuando las atrocidades cometidas por la Alemania nazi se hicieron plenamente patentes después de la guerra, el consenso en la comunidad mundial fue que la Carta de la ONU no definía suficientemente los derechos a los que se refería[20][21] Se consideró necesario crear una declaración universal que especificara los derechos de las personas para hacer efectivas las disposiciones de la Carta sobre derechos humanos[22].